El módulo de mujeres de la antigua cárcel de Carabanchel se convertirá, en el primer trimestre de 2002, en un reformatorio para menores imputados en delitos de terrorismo urbano, lo que se conoce como kale borroka (en euskera, lucha callejera). El nuevo centro, producto de un convenio entre el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón y los ministerios de Interior, Justicia y Trabajo y Servicios Sociales, tendrá 20 plazas, según informó ayer la consejera de Servicios Sociales, Pilar Martínez.
Todos los gastos del recinto (obras, personal, mantenimiento...) correrán a cargo del Gobierno central y será la Comunidad quien lo regente, a través de un modelo mixto como el de El Pinar: ella llevará la dirección y el personal será privado.
La Ley Penal del Menor recoge el derecho de los adolescentes autores de delitos graves a ser internados lo más cerca posible de su hogar. Pero la propia ley, tras la modificación de diciembre de 2000, fija una excepción en los casos de adolescentes imputados o condenados por delitos de terrorismo callejero. Sus presuntos autores son trasladados al juez central de Menores de la Audiencia Nacional y después internados en reformatorios de Madrid: hasta ahora, en El Madroño, donde hay dos imputados en estas causas, y desde la próxima primavera en el centro de Carabanchel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de diciembre de 2001