Un aumento en los salarios mínimos, decretado por el Gobierno de Guatemala, en vigor desde ayer, podría costar el cierre de unas 125 empresas y la pérdida de aproximadamente 75.000 puestos de trabajo a partir de enero próximo, advirtió ayer la cúpula de la patronal en Guatemala.
El aumento eleva el salario diario de los trabajadores del campo a unos 3,45 dólares y a 3,75 dólares para los sectores industrial y de servicios, salarios que cubren escasamente las necesidades alimentarias de los guatemaltecos.
Es la tercera vez que el Gobierno aplica este tipo de medidas desde que llegó al poder en enero de 2000. El resultado de esta política ha sido nefasto. Según cifras del Fondo de Investigación Económica (FIE, independiente), a lo largo de 2001 el número de desempleados en el país se elevó a 360.000. La crisis del café, el principal sostén de la economía guatemalteca, hizo perder su trabajo a 150.000 campesinos mientras que en el sector de la construcción el número de parados supera los 100.000. El panorama económico de Guatemala es pavoroso: de acuerdo a los registros del Seguro Social, de los cuatro millones de guatemaltecos en edad de trabajar, un 25% no tiene ninguna fuente fija de ingresos y un 67% sobrevive en la economía informal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de diciembre de 2001