Si una palabra define la fiesta de Santo Tomás, la cita de todos los 21 de diciembre, es 'abarrotado'. En un amplio entorno alrededor de los puestos no cabe un alma y, al acabar el día (y la noche), las calles quedan alfombradas de vasos de plástico y servilletas de papel. Todo por disfrutar del popular talo con chorizo, acompañdo de txakoli. Es la mejor manera de empezar la Navidad, con los productos que los baserritarras acercan a Bilbao (donde está tomada la foto) y San Sebastián. Ayer volvió a ser un éxito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de diciembre de 2001