Lamentábamos antes la irrupción de la moda compulsiva por los parques temáticos, esa propuesta para irse de vacaciones a un lugar falso. Hoy quiero participarles de un hallazgo (al menos para mí) verdaderamente asombroso.
Belén la auténtica, la de carne y hueso, la que sobrevive entre las huellas de Constantino y Herodes, sufre una de las Navidades más sangrientas de su Historia. Pero no importa, porque si estás cerca de, o te desplazas a la otra punta del globo, podrás pasear en una idílica Tierra Santa, 'el primer parque temático religioso del mundo' que da 'mucho más de lo que usted pueda imaginarse'. Lo supimos en la también convulsa Buenos Aires, durante un rápido traslado por la Costanera Norte, durante el que apenas logramos colegir la fachada aquí y dos palmeras allá, como un Nacimiento del Gulliver gigante. Luego resultó que preside el parque un Cristo más grande que el de Río, y que guían las visitas piadosos catequistas: 'Es un paseo ideal para toda la familia, donde podrás 'vivir' por un día como hace 2.000 años: acompañar a Jesús en su vida y obra, disfrutar la comida de la época, caminar sus calles y escuchar su música en un ambiente mágico'. Y tan mágica, la gastronomía de los panes y los peces o la última cena; prodigiosa la curación de los leprosos y la resucitación de los muertos, milagrosa la compatibilidad entre el marchandising y aquella expulsión de los mercaderes del templo.
Para hacerse cruces, que uno de los shows en vivo para grandes y menudos pueda consistir en tropezarte con la degollina de los inocentes, o con Judas poniendo precio a su traición, o a Pilatos en el lavabo, o la propia agonía y muerte del Salvador. Menos mal que esta historia acaba bien: con una resurrección y ascensión a los cielos acompañada por mil cohetes en espectáculo de luz y sonido.
'Abierto todo el año para siempre' sugiere vocación de eternidad. Mientras, Argentina se consume y cada día cae en Jerusalen o Ramala, en Gaza o Hebrón, algún David palestino con sólo piedras en el morral. Feliz Navidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de diciembre de 2001