Cuando el alcalde de Madrid justifica la descomunal subida del transporte público diciendo que las tarifas han de ser soportadas exclusivamente por los usuarios ha desvelado la verdadera filosofía tributaria del centrismo político: 'Que cada uno se pague lo suyo'.
Así, la sanidad pública, la educación, los servicios sociales, etcétera, deberían ser costeados por quienes los precisen. ¡Qué casualidad que éstos sean quienes más necesidades tienen!
Afortunadamente, de las palabras del primer edil puede extraerse una consecuencia: la objeción fiscal para pagar gestores públicos ineficaces e incompetentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de diciembre de 2001