Los niños, víctimas inocentes de la Segunda Guerra Mundial. Incluso los que Inglaterra trató de rescatar del horror en Alemania, Austria y Checoslovaquia a través de la Kindertransport, una operación puesta en marcha meses antes de que estallara el conflicto y mediante la cual 10.000 pequeños, la mayoría judíos, fueron entregados por sus padres y acogidos por familias del Reino Unido. Llegada la paz, la mayoría nunca volvió a casa. 'En brazos de un extraño' es el título del reportaje que hoy emite Documentos TV (La 2, 23.15) y que recoge testimonios de los supervivientes de la tragedia.
Desfilan ante la cámara durante más de dos horas los entonces niños, padres, familias adoptivas y rescatadores, como Norbert Wollheim, un trabajador social que coordinó la operación desde Berlín, poniendo a salvo a desconocidos, algo que no consiguió cuando los suyos acabaron en Auschwitz. Imágenes de archivo, muchas de ellas inéditas, y fotografías de álbumes personales alternan con testimonios actuales sobrecogedores en el programa que dirige y presenta Pedro Erquicia.
Los padres no pudieron despedirse de sus hijos, que sólo estaban autorizados a llevar comida para un día, una maleta y una mochila. Algunos partieron animados por el espíritu de aventura. Otros sintieron que habían sido abandonados. Y ninguno se atrevió a quejarse temiendo ser tachado de ingrato.
Los que acabada la guerra localizaron a su familia tampoco guardan buen recuerdo. Es el caso de Kurt Fuchel: 'Mis padres dejaron marchar a un niño de siete años y recuperaban a uno que ya tenía 16. Mi madre quería seguir donde lo había dejado... Las cosas fueron muy difíciles'.
En brazos de un extraño, de Mark Jonathan Harris -ganador de un Oscar por El largo camino a casa (1998), también mejor documental en el Festival de Valladolid de 1997- y Deborah Oppenheimer -hija de una niña del Kindertransport cuyo dolor le impidió a lo largo de su vida hablar de la amarga experiencia-, recibió el Oscar al mejor documental de largometraje 2001.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de diciembre de 2001