Han sido tres años ciertamente valientes e imborrables: especiales sobre cineastas ocultos, sobre la depresión, sobre la Gauche Divine, sobre la guerra civil y monográficos impagables sobre Martín Gaite, Nunes, Cinto Esteva, Coderch, Pasolini, Macián, Tísner o Balañá, entre muchos otros. Todo eso, vistos los cambios, me temo que se ha terminado. A excepción del interesante Saló de Lectura, todas las noches plató y un debate. El riesgo se ha terminado. Ahora la vanguardista BTV se ha convertido en poco más que una radio con tres cámaras. Una televisión para tertulianos. Qué pena. Nos han cerrado la única ventana que quedaba abierta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de diciembre de 2001