La farsa del libre comercio consiste en que los países más poderosos imponen sus reglas a los menos poderosos. Éstos últimos han de admitir todos los productos que les llegan de los primeros aún ahogando su desarrollo agrícola o industrial, pero que verán impedidas sus exportaciones al más poderoso si con ello compiten con sus productos internos.
En 1991, en su Diccionario del Nuevo Orden Mundial, Eduardo Galeano definía la expresión 'libertad de comercio', como 'droga estupefaciente prohibida en los países ricos, que los países ricos venden a los países pobres'.
En el año 2001, el gobierno norteamericano, se previene de adicción a tan peligrosa droga y prohíbe la entrada de la clementina valenciana para favorecer el comercio de la misma variedad de fruta californiana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de diciembre de 2001