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COLUMNA

Cacería

Cómo esta el patio andaluz, el político, porque el otro, el normalito, está pasable aunque uno llegue a final de año con la lengua fuera. Me había prometido no escribir de los políticos, porque en estas fechas es peor que un dolor de muelas. La verdad es que, siendo el día de los santos inocentes, me acordé de los ojos picarones y la cálida ternura en la mirada de Paco Rabal cuando mecía a la milana en sus brazos. Milana, bonita, y veía a Téofila, de monja de clausura, con el voto del silencio en su alma y el silicio mordiendo sus carnes; a Manuel Chaves, haciendo de Manuel, al menos por estas fechas y al Trío del Atardecer, Arenas. Villalobos y Cañete, con el bolero Contigo en la distancia, mientras que Antoñito Sanz, vestido de merengón, ensayando Dos gardenias, supongo que para Beneroso y Benjumea. Dos gardenias para ti, mientras que a Magdalena, ayudado del recuerdo amoroso de la milana bonita, se convertía en Catalina la Grande, en el palacio de San Telmo. En fin, calenturas de estas fechas.

Pero hete aquí que Teófila, la gran Teófila, saca el hacha de guerra y pone en la guillotina de sus afiladas palabras al presidente andaluz. Yo no sé qué pensar de una política que ni siquiera respeta el amor en Navidades. Paz y amor. Nada. Ni un día de respiro. Hay que tirar a degüello. Es la filosofía del talibán Arenas, ensayada con Zapatero y que su discípula cumple a la perfección. Y todo porque el presidente andaluz, en declaraciones a la SER, desveló lo que era y es notorio y obvio: el PP diseñó una estrategia para laminarlo, jubilarlo antes de tiempo, aprovechando las cajas sevillanas como arma arrojadiza y a B&B como tontos útiles.

Por higiene mental y respetar estas fechas no reproduzco las lindezas que la señora Martínez vierte, de nuevo, sobre el presidente de todos los andaluces. La cacería se acentuará en los próximos meses. Cobrarse la pieza será el objetivo número uno. No importa la forma, como tampoco el fondo. El verano pasado, delante de un exquisito pollo campero con arroz, en las proximidades de Playa Bolonia, por los Caños de Meca, se fijó la estrategia: en el Parlamento, por toda Andalucía debe resonar el estribillo como un latigazo: 'Váyase, señor Chaves'. Y Chaves paseando por el malecón. ¡Milana bonita!

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de diciembre de 2001