Es un circo de verdad, como los de antes. Como los buenos circos de antes. Pequeño, muy cuidado, con un lujoso interior, el Circo Raluy, permanecerá hasta el próximo 7 de enero en el puerto de Barcelona, donde además de un espectáculo de dos horas en el que destacan los acróbatas, trapecistas y payasos, exhibe una preciosa colección de 24 carromatos circenses de principios de siglo y alguno más antiguo aún. Encabezado por los hermanos Carles, Lluís y Francisco Raluy, el circo tiene una plantilla de 67 personas y desplaza 350 toneladas de material.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de diciembre de 2001