- Un instrumento. 'El euro es un instrumento, no una finalidad. Europa no es el euro. Sé que la cesión de soberanía que supone el euro ha sido muy fuerte y conlleva una gran apuesta política. Pero, en el imaginario colectivo, sólo es una moneda. ¿Por qué un europeo va a ser europeo porque haya euro? ¿Por qué la gente se va a apasionar por el euro y no por la política de paz o por la de cooperación o por hacer cohesión en materia de nuevas tecnologías y de desafíos frente a la globalización?'
- Construcción europea. 'La Europa del futuro no puede construirse a partir del euro. Una cosa es que el euro sea un factor de irreversibilidad muy importante y otra que la construcción europea haya que proseguirla a partir del euro. Eso facilita la confusión de la Unión Europea con un espacio de mero comercio'.
- Estado de ánimo. 'El desconcierto será muy fuerte para unas generaciones menos reciclables que las más jóvenes. Siempre es difícil cambiar de moneda. Seamos sensibles al estado de ánimo de la gente, para defender el euro, no para atacarlo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de diciembre de 2001