Por medio de esta carta deseo expresar el respaldo de la asociación que presido, SOS Víctimas, a Maixabel Lasa al frente de la nueva Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo. Personalmente me ha sido muy grato su nombramiento, por la coherencia en su lucha contra el fanatismo de ETA y también por la defensa de su propia libertad de movimientos por encima de las estrecheces maniqueas de la política de este país. Creo sinceramente que Euskadi está cambiando, muy a pesar de la intolerancia y los oídos sordos de los de siempre. La sociedad civil va muy por delante de la actuación partidaria de la política.
Somos muchos los que estamos hartos de pregonar a los cuatro vientos que cualquier idea puede ser respetable, siempre y cuando se sustente en la libertad, la justicia y, sobre todo, en los derechos humanos. Nuestra sociedad está mareada de tanto dar vueltas a la insensatez, cuando lo fundamental es saber si somos capaces de vivir juntos, más allá de los postulados políticos de unos y otros.
A ETA la sociedad vasca hace tiempo que le ha pasado recibo de su barbaridad e irracionalidad; la historia dejará a cada cual en su sitio justo. Las víctimas del terrorismo, necesitan ante todo un tratamiento integral de sus demandas y necesidades. En definitiva, en Euskadi, las víctimas del delito violento deberían contar con una ley específica de Derechos de las Víctimas. Desde nuestra entidad que nos ocupamos de los derechos y necesidades de las víctimas del delito contra la libertad sexual, contra el racismo y la xenofobia, contra la violencia de género y familiar, estaremos siempre solidariamente con las víctimas del terrorismo.
Quisiera finalmente recordar al asesinado Juan Mari Jauregi. Hoy es el día en que las instituciones vascas están reconociendo su legado, y en Maixabel Lasa, su viuda, han depositado la valentía de sus convicciones y su defensa como siempre de todas las víctimas. Por todo lo que representó Juan Mari en la lucha por la paz y la convivencia en este país, Maixabel Lasa podrá contar con nosotros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 3 de enero de 2002