La reforma del mercado de Santa Caterina avanza hacia el final con lentitud. El principal problema para el cumplimiento del calendario es, en esta ocasión, el subsuelo, donde persisten numerosos restos, ninguno de primera magnitud, pero bastantes de ellos de interés suficiente para conservarlos. Una vez terminen los trabajos, que si la historia lo permite será hacia finales de 2003, parte de estos restos podrán ser visitados. Entre los materiales aparecidos hay una necrópolis de los siglos IV al VI, casas y estructuras monásticas medievales, así como otras construcciones eclesiales que van desde el siglo XIV hasta el XVII, además de una cripta fechada en 1793.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de enero de 2002