'Absolutamente suizo. Absolutamente moderno. Un descubrimiento'. Estas palabras con pinta de eslogan publicitario las ha escrito el pintor Miquel Barceló a propósito de Martin Suter y la publicación en español y catalán, tras grandes éxitos en Alemania y Francia, de su primera novela, Qué pequeño es el mundo (Del Bronce).
Suter vive a caballo entre Guatemala, Ibiza y Zúrich, y vino a Madrid para presentar este retrato inquietante y feroz de una familia financiera suiza, dibujado a través de la mirada turbia pero aguda de un enfermo de Alzheimer, cuya memoria guarda un secreto crucial.
El padre de Suter murió de Alzheimer, y eso marcó su vida y su literatura. 'Hay quien dice que escribo novelas policiacas, otros que novelas médicas, sociológicas, de amor. Quizá lo que pasa es que en mis novelas los personajes cambian de repente, casi siempre de una forma involuntaria, neurológica. He estudiado bastante el Alzheimer y he visto su evolución. Así que seguramente se puede decir que he escrito una trilogía neurológica'.
Además de eso, Suter ha trabajado en publicidad, ha hecho documentales, ha escrito guiones para televisión y ejerce como columnista satírico en un diario económico. Pero tal vez lo más sorprendente del caso es que Suter no conoce a Barceló, su padrino español. 'Nunca nos hemos visto, aunque parece que somos aficionados mutuos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de enero de 2002