Los mercados de bonos se mantendrán estables este ejercicio. Los tipos de interés rondarán los niveles actuales y sólo cuando se confirme la recuperación de las economías estadounidense y europea se producirá un ligero repunte de las rentabilidades.
Con estas previsiones, en las que existe coincidencia por parte de los analistas, no es recomendable tomar posiciones a muy largo plazo, ya que a final de año se podría producir una depreciación en el precio de los bonos como consecuencia del alza de rentabilidades.
Así, los bonos a 10 años ofrecerán una rentabilidad en torno al 5% anual, que repuntaría ligeramente si se confirma la mejoría económica y que será mayor cuanto mayor sea el crecimiento. Los analistas recomiendan bonos de empresas frente a los emitidos por los Estados, ya que el inversor se beneficiará de una rentabilidad ligeramente superior. Eso sí, con mucha precaución, evitando compañías de baja solvencia, debido a los numerosos fallidos que se han conocido en 2001.
Se recomienda comprar renta fija emitida por las empresas frente a la deuda pública para aprovechar la mayor rentabilidad
En cuanto a la evolución del euro con el resto de divisas, los analistas consideran que cerrará el año en torno a los 0,92 dólares. Una apreciación modesta para la moneda única europea que también se trasladará a otras divisas como el yen o la libra esterlina. Los mercados siguen confiando más en la economía de Estados Unidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de enero de 2002