Más de doscientas personas secundaron ayer, frente al Ayuntamiento de Gernika, la concentración de protesta por el grave episodio de violencia callejera que grupos de radicales provocaron el primer día del año en la localidad vizcaína. Alrededor de 40 encapuchados dañaron varias sucursales bancarias e intentaron atacar por sorpresa a las patrullas de la Ertzaintza.
Convocada por todos los partidos menos Batasuna, la protesta se prolongó durante quince minutos bajo el lema Kale borroka, gelditu. Parar la violencia callejera, y contó con la presencia del consejero de Medio Ambiente, Sabin lntxaurraga, en representación del Gobierno vasco. La Junta de Portavoces del consistorio expresó su 'más absoluto rechazo' a la violencia. PP y PSE se desmarcaron del punto que pide 'un proceso de diálogo sin exclusiones para el logro de la paz'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de enero de 2002