2 de Enero. Me levanto ilusionado. Primer día del euro. Voy al bar de siempre. Un café, 0,75 euros (25 pesetas más); bueno tranquilo, será un error. Cojo el metro 6,75 (48 pesetas más), llegaré a Valencia, allí todo seguirá igual, a mi cafetería: el café con leche 1euro (16 pesetas más), y las cervezas igual. Huyo al peluquero 10 euros (266 pesetas más). Asombrado, compro un cupón de la Once: 1 euro. Aquí ya perdí la cuenta y la noción del dinero, todo me daba igual, solo veía las caras de Aznar, Rato y Solbes sonriendo; era un euroconvencido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de enero de 2002