Tras la emoción mañanera por la visita nocturna de los Reyes Magos, los niños que recibieron ayer regalos tuvieron todo el día para disfrutarlos en casa o en las calles y parques de la ciudad. Ni siquiera los empujones de la cabalgata del sábado lograron agotar a pequeños y mayores (en la imagen, padre e hijo en el Retiro), que estrenaron muñecos, libros y videojuegos en la jornada dominical.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de enero de 2002