Les dirijo esta carta a usted y a los lectores de este periódico con la esperanza de que tengan una mayor capacidad de escucha que nuestros políticos y con la seguridad de que demostrarán un mayor interés en este asunto que muchos de ellos.
Como sabrán, PP y PSOE han firmado hace poco una solución excepcional para los interinos de Sanidad y, según noticias de prensa nacional, Carmen Hermosín ha pedido al Estado una solución igual que la del Insalud para los interinos de Justicia. Pues bien, los interinos de Educación también llevamos ya bastantes años pidiendo a la Consejería de Educación la estabilidad definitiva en nuestros puestos de trabajo, habida cuenta de que se ha dado un abuso de la figura del interino por parte de la Administración. Sin embargo, así como para los colectivos antes citados se ha sabido encontrar una solución, en lo que atañe a los interinos de Educación no sólo nadie pide una solución para nuestra situación (excepto nosotros, claro), sino que nadie parece tener deseos ni siquiera de hablar de ello: ni Administración autónoma, ni Administración central, ni PP, ni PSOE, ni sindicatos varios... en fin, nadie.
Digo esto porque, como afiliado de SADI (Sindicato Andaluz de Docentes Interinos), estamos todavía a la espera, tras varias promesas incumplidas, de que nos reciban Pilar Sánchez (delegada de Educación de Cádiz), Teófila Martínez (presidenta del PP andaluz), Cándida Martínez (consejera de Educación) para poder hablar de la búsqueda de una solución a esta situación que nos afecta. Pero al parecer la Educación tiene una importancia mucho menor que la sanidad o la justicia.
Todos aquellos que deseen más información, pueden visitar, por ejemplo, la web de SADI-Cádiz (http://www.iespana.es/sadi-cadiz). Y todos los políticos que puedan estar implicados e interesados en la búsqueda de una solución a nuestro problema, que seguimos esperando que se dignen recibirnos, escuchar nuestras propuestas y pronunciarse sobre el particular.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de enero de 2002