En las últimas semanas hemos asistido a varios golpes de estado encubiertos. Tenemos 3 casos: Afganistán, Argentina e Italia. En Afganistán se derrocó a un régimen criminal (el de los talibanes) para nombrar a otro, designado por la comunidad internacional (EEUU), que no cuenta con el apoyo de los propios afganos. En Argentina se ha impuesto a un presidente (Duhalde), presunto narcotraficante y que ha perdido el apoyo popular. Finalmente el señor Berlusconni ha decidido asumir nuevos papeles y se ha adjudicado la cartera de exteriores. Son las nuevas formas de golpe de estado de los 'sistemas democráticos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de enero de 2002