La llamada nueva economía argentina seguirá sin estrenarse hoy para evitar un descalabro en una sociedad convulsionada por la crisis política, la devaluación del peso y los primeras medidas de un programa que se completará en los próximos días con el envío al Congreso del proyecto de ley de Presupuesto, el lanzamiento de un plan social y la reanudación de las conversaciones con gobiernos extranjeros y organismos multilaterales de crédito para obtener una ayuda financiera extra, estimada entre 9.000 y 15.000 millones de dólares.
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El Banco Central impuso dos días feriados para el cambio y anoche se decidió por un tercero, por lo que los mercados sólo volverán a operar con normalidad mañana.
"La idea es reducir el déficit fiscal de 11.000 millones de dólares y tender al equilibrio en base a previsiones realistas", aseguran el equipo económico. Se espera una caída del 3% del producto bruto, con una recuperación sustancial en el tercer cuatrimestre del año.
El presupuesto suma los ahorros en los pagos de títulos de la deuda pública, suspendidos sin plazo; otros 3.000 millones de dólares por la devaluación del peso, una reducción sustancial de gastos "burocráticos y superfluos", estimada en 2.500 millones de dólares, y fija los gastos en 37.000 millones de dólares como máximo.
El Gobierno federal emitirá 2.500 millones de letras de cancelación de obligaciones provinciales (Lecop) para pagar las deudas con las provincias por coparticipación de impuestos. El Ministerio de Salud se fusiona con el de Acción Social y la llamada "agencia social" estará a cargo de Hilda González, la esposa de Duhalde, aun sin ocupar un sitio formal en el Gobierno.
El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se reunió en Buenos Aires con funcionarios del Fondo Monetario Internacional y viajará a Washington dentro de 15 días, después de que el Congreso apruebe el presupuesto. El Gobierno aspira a destrabar las cuotas congeladas por unos 9.000 millones de dólares comprometidos cuando se selló el llamado "blindaje financiero" a fines de 2000 y a conseguir una ayuda extra de otros 6.000 millones de dólares, con fondos aportados por los Gobiernos de EEUU, Italia, Francia, Alemania y Japón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de enero de 2002