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Un hombre, arrollado por un tren tras robar unos cables de Renfe

El fallecido arrastraba 50 metros de tendido por las vías de Atocha

Raimundo Hernández Fernández, de 37 años, murió ayer por la mañana en la estación de Atocha al ser arrollado por un tren. El hombre, que estaba acompañado por su cuñado, había robado cable de cobre en unos talleres cercanos al lugar del accidente, según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía. Un convoy lo arrolló cuando trataba de huir por las vías con 50 metros de tendido a rastras. Es la sexta persona que muere en los últimos cuatro días arrollada por un tren de cercanías.

El accidente ocurrió a las 8.35, cuando Hernández Fernández acudió junto con su cuñado E. S. J., de 32 años, a unos talleres de Renfe, en los que sustrajeron unos 50 metros de cable de cobre, según informó Renfe en un comunicado. La víctima y su acompañante intentaron llevarse los objetos robados a su furgoneta. Pero eligieron una zona de gran afluencia de tráfico ferroviario y una hora con gran densidad circulatoria.

El peso de los cables dificultó el movimiento de la víctima. Ésta andaba por 'una zona extremadamente peligrosa para el tránsito de personas y por la que está absolutamente prohibido el paso', señala el comunicado de Renfe. Hernández Fernández no advirtió la presencia del tren y fue arrollado; su cuñado permaneció al lado del herido. Vigilantes jurados de Renfe vieron lo ocurrido y avisaron rápidamente a los servicios de emergencia.

Múltiples fracturas

Cuando llegaron los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, el herido se encontraba en parada cardiorrespiratoria y sufría numerosos golpes y fracturas por todo el cuerpo, por lo que sólo pudieron certificar su muerte. Al lugar del accidente también acudieron agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que detuvieron al cuñado en el mismo lugar de los hechos. El levantamiento del cadáver se efectuó a las once de las mañana. Este accidente causó retrasos en las líneas de cercanías.

La muerte de Hernández Fernández eleva a seis el número de personas que han perdido la vida en las vías del tren en los últimos cuatro días. El accidente más grave se produjo el mediodía del sábado, cuando un Peugeot 205 cayó a las vías en la estación de Villaverde Alto y sus cuatro ocupantes, de entre 29 y 50 años, murieron en el acto, tras ser atropellados por un tren que no frenó a tiempo. Una enfermera del Samur, Silvia Madrid Ruiz, de 26 años, falleció también esa noche cerca de la estación de Entrevías, cuando buscaba a una persona supuestamente atropellada por otro convoy.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de enero de 2002