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CARTAS AL DIRECTOR

Euro, pan y prensa

Acabo de entrar en la historia, la mía por supuesto, a las 15.30 del día 1 de enero de 2002; acabo de comprar dos baguettes de pan por un importe de 1,20 euros. La primera vez que uso esta nueva moneda europea.

Miro atrás y recuerdo que, a diferencia de Argentina, aquí en los últimos 40 años -casi mi propia vida- hemos tenido algunos políticos que vieron el futuro de una Europa más sólida, unida, eficaz -juntos desde nuestras culturas plurales-, pero con una sensata apuesta por las instituciones supranacionales que otros países no tuvieron.

Una sociedad como la nuestra, crítica con el poder y quienes lo representan, debe reconocer algunos esfuerzos, realizados en muchas ocasiones contra la corriente imperante en la época. Desde Ullastres, también López Rodó, en nuestra dictadura. Por supuesto, Adenauer en la Alemania salida de las cenizas. El mismo rey Juan Carlos, Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González -con Fernández Ordóñez, en Exteriores, o Solchaga, sin olvidar a Solbes, en Economía-, Aznar y Rato, todos ellos y sus equipos consiguieron que nuestro Estado y país, España, no perdiera el tren por enésima vez.

Pero, sobre todo hoy, recordé la primera vez que leí un periódico, éste: EL PAÍS. Siempre mantuvo en sus editoriales una apuesta inequívocamente europea. Incluso en circunstancias tan locas como las vividas en los días del 23-F.

Discrepo, lo seguiré haciendo, de algunos criterios informativos del día a día, con las noticias y opiniones que aquí leo, pero hasta los más críticos reconocen en la línea internacional de este diario una apuesta progresista y plural, lejos del oportunismo, con un sosegado análisis y sin histerias. Hoy, sólo me faltó adquirir un ejemplar de este periódico -la festividad lo impidió- para darme el gustazo de debutar en plan europeo con uno de mis hábitos diarios: comprar el pan y la prensa.

Mañana usaré 0,90 euros para seguir, entre otras cosas, agradeciendo su permanente vocación europeísta; espero hacerlo durante 40 años más, por lo menos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de enero de 2002