Slobodan Milosevic ha sido citado para el próximo 12 de febrero por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), fecha del inicio del juicio por sus presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Kosovo en 1999. La fiscal Carla del Ponte ha recurrido la decisión de la Sala Tercera de desestimar su propuesta de unir a la de Kosovo las causas de Bosnia y Croacia a fin de economizar tiempo y proteger mejor a los testigos. En el caso de Kosovo, la acusación presentará el testimonio de 90 personas cuya identidad no ha sido revelada.
Milosevic compareció ayer por quinta vez desde su entrega por las autoridades yugoslavas el pasado junio al TPIY de La Haya, en una vista preliminar. Una vez más, el ex dictador intentó politizar su intervención, denunciado la campaña militar de la OTAN contra Serbia y la "parcialidad" de un tribunal que "no reconozco". El presidente de la Sala Tercera, el británico Richard May, le cortó en seco -"tendrá tiempo de presentar sus argumentos durante el juicio, ahora no"- y le sugirió la conveniencia de designar un abogado ante la complejidad y gravedad del caso, pero aceptó su derecho a valerse por sí mismo.
El ex líder yugoslavo se mueve en el terreno de la contradicción. Por un lado, se mantiene arrogante y ajeno ante este proceso internacional, el primero contra un ex jefe de Estado, pero al mismo tiempo recurre cada vez más al asesoramiento legal. A su letrado de confianza, el serbio Zdenko Tomanovic, siempre presente en La Haya, se acaba de unir ahora el polémico abogado francés Jacques Vergès, que saltó a la fama por llevar en su momento la defensa del terrorista venezolano Carlos y de Klaus Barbie.
Vergès aprovechó ayer su visita a La Haya para despacharse en los pasillos contra el propio tribunal y contra la OTAN por "atacar a población inocente" durante la campaña militar de Kosovo y Serbia en la primavera de 1999. Dijo que compartía el sentimiento de Milosevic de que el TPIY no tiene competencia jurisdiccional para juzgarle.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de enero de 2002