Quisiera dar mi versión respecto a los radares móviles y a la actitud policial en lo referente a la velocidad de los vehículos en la ciudad de Madrid: el día 17 de julio fui multado por exceso de velocidad en el paseo de la Ermita del Santo, una vía de tres carriles, a la altura de la farola 18 (eso pone en la denuncia, porque allí no hay viviendas ni comercios, sólo un parque).
Según el radar, circulaba a una velocidad de 63 kilómetros por hora en mi potente Vespa. Tres horas más tarde, en el paseo del Prado, a la altura de Cibeles, un policía que dirige el tráfico nos hace señas a todos los vehículos a pasar el cruce más deprisa si es posible, que si no se colapsa el tráfico. Puedo asegurar que ya circulaba a más de 63 kilómetros por hora antes de sus señas. Tal vez se intuye un pequeño afán recaudatorio con algunas multas de tráfico...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de enero de 2002