La familia de la niña de 21 meses que apareció ahogada en la piscina de su casa en Utrera el pasado 8 de diciembre arremetió ayer contra la Guardia Civil por haberles dicho que la pequeña había sido objeto de agresión sexual, hecho que la autopsia ahora niega. El padre de la niña, José Luis Bocanegra, admitió ayer en declaraciones a Canal Sur Radio que él mismo difundió las sospechas de abuso sexual tras los comentarios que le hicieron guardias civiles el día de la muerte de la niña. 'Ahora ellos deben dar la cara y decir en qué se basaban', sostuvo Bocanegra. Además la madre, Soledad Valderas, también criticó a la Guardia Civil por el trato recibido durante su detención. 'Fui maltratada y me acusaron de encubridora. Me tiraron de los pelos, me dieron en los brazos, me trataron como una delincuente y estuve en una celda llena de mierda', aseguró.
Un mes después del fallecimiento de la pequeña, fuentes cercanas al caso insistieron ayer en que el informe forense señala que la muerte de la niña fue accidental y que no hay pruebas de que hubiese sufrido agresión sexual previa. Pero otras fuentes, que han tenido acceso al examen forense, aseguran que las lesiones en los órganos genitales eran 'muy llamativas' y hacían sospechar agresión sexual. El abogado de la familia, José Manuel Bejarano, aseguró ayer que, cuando se levante el secreto del sumario, pedirán 'explicaciones'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de enero de 2002