La Bodega Bohemia de Barcelona mostraba ayer esta imagen de su última función. El inconfudible café teatro de la calle de Lancaster está sucumbiendo a la piqueta y será una montaña de cascotes en muy poco tiempo. Es el final de una sala que se caracterizó por los espectáculos más pintorescos de Ciutat Vella y por tener los artistas más controvertidos de la ciudad. De poco han servido las protestas de los vecinos y los antiguos propietarios del local, que pretendían salvar el edificio e incluso reabrir el café. El Institut Català del Sòl, propietario del inmueble, ha decidido derribarlo para construir en el solar un edificio de nueva planta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de enero de 2002