La Vega Baja sigue engordando sus elevados índices de criminalidad. Ayer, unos viandantes encontraron en un paraje de la localidad de Rojales el cádaver de un hombre tiroteado. La víctima, no identificada, se encontraba semioculta entre las malezas de un camino rural, a unos 4 kilómetros del casco urbano. La Policía Local descarta que la víctima sea un residente de Rojales porque no había recibido ninguna denuncia por desaparición. La investigación apunta a que el crimen está relacionado con grupos mafiosos extranjeros que operan en la comarca.
El cadáver del hombre fue encontrado en la mañana de ayer por unas personas que caminaban por el paraje conocido como El Campico. En las inmediaciones de la carretera de la zona y oculto entre unas malezas, los viandantes descubrieron el cuerpo sin vida de este hombre, todavía no indentificado. Según fuentes próximas a la investigación, el hombre murió tiroterado -el cadáver presentaba al menos tres impactos por arma de fuego a la altura del pecho y en la cabeza-. Las primeras hipótesis de la investigación apuntan a que el asesinato se produjo unas horas antes del hallazgo del cadáver, ya que la víctima yacía vestida en medio de un charco de sangre fresca.
La víctima, según las mismas fuentes, es un varón, de entre 45 y 55 años, alto y de complexión fuerte. El cuerpo sin vida del hombre fue trasladado al tanatorio comarcal de La Vega Baja para practicarle la autopsia. El juez encargado de la investigación ha decretado el secreto del sumario.
Pese a que oficialmente, y a la espera de los resultados de la autopsia, la víctima no ha sido identificada, todo apunta a que podría tratarse de un extranjero, en concreto un hombre de origen kosovar, según han precisado otras fuentes. La Policía Local de Rojales también descarta que la víctima sea un residente de la localidad, ya que no había recibido ninguna denuncia por desaparición.
En la comarca de La Vega Baja se ha registrado en los últimos años un importante ascenso de extranjeros asesinados a manos de bandas organizadas, procedentes de las antiguas repúblicas soviéticas que se han instalado en diferentes poblaciones de la comarca. Unos de los últimos crímenes ocurrió el pasado mes de octubre, cuando un lituano fue acribillado a tiros cuando salía de un pub en Torrevieja. El móvil de estos asesinatos suele ser un ajuste de cuentas por tráfico de drogas o prostitución. Otro de los delitos habituales de estos grupos organizados es el secuestro de las víctimas.
La presencia de grupos mafiosos en La Vega Baja ha sido denunciada por diversas colectivos sociales y partidos políticos que, a su vez, reclaman más efectivos policiales para combatir esta delincuencia. Entre esas demandas, se incluye dotar a Torrevieja con una comisaría.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de enero de 2002