La primera semana bursátil completa de 2002 ha servido para devolver los índices a la senda bajista de los dos últimos años, perdiendo en el ciclo las raquíticas ganancias de las primeras sesiones anuales. La crisis argentina pesó como una losa, sobre todo en las empresas con intereses en la zona.
Los inicios de semana fueron bastante negativos. Pese a la festividad laboral, la Bolsa abrió el lunes y sufrió un duro castigo al calor de la crisis argentina, siendo los valores más implicados en su economía los peor parados, con especial mención a Repsol, que perdía casi el 8%. El plan de ajuste económico del Gobierno argentino provocó la mayor caída en la Bolsa española desde octubre pasado, con recortes del 2,88% en el índice general y del 3,38% en el Ibex, aunque el dato positivo fue el elevado volumen de negocio, pese a la festividad en varias comunidades, superándose ampliamente el medio billón de pesetas efectivas, es decir, 3.099 millones de euros. El resto del ciclo semanal se ha desarrollado con la mirada prácticamente fija de los inversores a lo que ocurría en Argentina, donde las medidas a tomar son muy anunciadas, pero en algunos casos no terminan de cuajar, lo que añade más incertidumbre a una situación tan delicada.
Los principales indicadores españoles, Ibex 35 e índice general de Madrid, perdieron los soportes del 8.000 y 800, respectivamente, que pese al rebote técnico del cierre del ciclo no recuperaron ninguno de los dos. En la semana el balance del indicador madrileño ofrece un saldo negativo del 4,71%, mientras el selectivo Ibex 35 concluye con una caída del 5,67%, superior debido a la mayor influencia de los 'grandes', que han sido los más castigados.
Aunque el principal problema que nos diferencia negativamente con el resto de mercados europeos es la crisis de la economía argentina y no parece que en el corto plazo pueda verse un rayo de luz en el túnel, no lo es menos que los datos económicos conocidos en la recta final del ciclo han sido poco gratificantes, por no decir decepcionantes, para alcanzar un mayor equilibrio de fuerzas en el mercado entre la oferta y la demanda. El dato de producción industrial, tanto en Alemania como en España, es bastante revelador de que las economías europeas no se libran de los indicios de recesión vistos en Estados Unidos. Otro dato revelador de esta situación es el de crecimiento (0,1%) económico para la eurozona en el tercer trimestre, lo que demuestra que Europa no se libra de la crisis, como se decía hace no demasiado tiempo, y que, por tanto, la salida se puede retrasar más de lo previsto. El viernes se conocía también el IPC español, que no fue una sorpresa y queda en el 2,7% para el 2001, pero que no deja de ser muy superior al previsto por las autoridades económicas.
En un ambiente más tranquilo operó la divisa europea a lo largo de las cinco jornadas y en la sesión del viernes fijó un cambio medio en 0,8919 dólares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de enero de 2002