El sector exterior español sufrió el pasado mes de octubre la parálisis que afectó al comercio mundial tras los atentados del 11 de septiembre en EE UU. En términos relaes (descontada la inflación) las exportaciones se recortaron por primera vez el pasado año, consecuencia también de que la crisis internacional ya se había generalizado. Las importaciones, por el contrario, aumentaron porque la economía española aún mantenía un alto dinamismo.
Según los datos de Aduanas publicados ayer, las exportaciones cayeron un 0,6%, cuando entre enero y septiembre aumentaban a un ritmo del 4,4%. Las importaciones aumentaron un 5,5%, por encima de la media de los nueve primeros meses (4,6%). Incluida la inflación, las exportaciones se recortaron un 1,1% en octubre respecto de un año antes y las importaciones, un 2,4%. La divergencia en las importaciones responde a que hace un año los precios del petróleo se habían disparado. El déficit se recortó un 6,4%.
Los datos acumulados entre enero y octubre también apuntan en la misma dirección. En términos nominales, es decir, sin descontar la inflación, el déficit se mantuvo prácticamente estable, como consecuencia de un aumento de las exportaciones (7,2%), muy inferior al que se registraba el año anterior (19%).
En términos reales, el crecimiento de las ventas ha sido también bajo: el 3,8% frente al 12,2% de un año antes. Las importaciones apenas aumentaron un 0,6% con inflación, pero se elevaron un 4,7% una vez descontados los precios. Este crecimiento es inferior al de un año antes (8,3%), pero se mantiene positivo. El saldo da un estancamiento del déficit comercial, cuando el pasado año en las mismas fechas el aumento era del 37,3%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de enero de 2002