El primer ministro chino, Zhu Rongji, finalizó ayer sus conversaciones con los dirigentes indios con el compromiso de cooperar en la lucha contra el terrorismo. China e India, que desde la guerra que libraron en 1962 mantienen serias diferencias fronterizas en la zona de Cachemira, están dispuestas a avanzar en la solución de su disputa y mejorar sus relaciones bilaterales. Pekín, preocupado por la insurgencia de los islamistas uigures en la provincia de Xinjiang y a pesar de las buenas relaciones que mantiene con Pakistán, quiere evitar la radicalización de los independentistas cachemiros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de enero de 2002