Un sabotaje en la línea de cercanías Málaga-Fuengirola mantuvo cortado ayer el servicio durante tres horas, impidió la salida de cinco trenes, retrasó un Talgo con destino a Madrid y afectó a unos 3.000 pasajeros que debieron ser trasbordados para que pudieran llegar a su destino. Renfe insinuó que los autores fueron trabajadores de la propia empresa al recordar que la interrupción coincidió con una huelga del personal de mantenimiento convocada por UGT y CCOO. 'Ha sido provocado por personas que conocen a la perfección el funcionamiento de los servicios ferroviarios', apuntó la compañía en un comunicado.
El sabotaje provocó la suspensión de la alimentación eléctrica del tramo comprendido entre dos apeaderos situados en Fuengirola y, en consecuencia, la paralización del servicio. El corte -intencionado, según Renfe- se produjo sobre las 4.30 de la madrugada. Los primeros trenes de cercanías debían haber comenzado a circular sobre las 5.30 de la mañana, pero el servicio no pudo recuperar la normalidad hasta pasadas las 8.00.
Apenas reestablecida la línea, Renfe abrió una investigación interna para determinar la autoría del sabotaje. La empresa solicitó además la intervención de las fuerzas de seguridad para que se vigilaran los casi 30 kilómetros de tendido eléctrico de la línea. Entre las 6.00 y las 8.00 de ayer había una huelga del personal de mantenimiento en protesta por la privatización de una parte de sus funciones. 'No culpamos a nadie, pero decimos que es un sabotaje porque no cualquiera sabe manipular ese tendido que lleva 3.000 voltios', dijo el portavoz de Renfe.
El secretario de transportes de CCOO, Agustín de la Cruz, intentó alejar cualquier sospecha sobre los trabajadores al aclarar que el paro no tenía nada que ver con los trenes de cercanías ya que estaba convocado para los de largo recorrido. Y añadió: 'Cada vez que hay una huelga Renfe lanza una acusación similar'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de enero de 2002