El grupo automovilístico alemán Opel, filial de General Motors, el mayor grupo constructor de coches del mundo, confirmó ayer unas pérdidas operativas récord de 674 millones de euros en el año 2001, lo que no impedirá que la firma mantenga las anunciadas inversiones de 10.000 millones de euros en el mercado europeo hasta el año 2006. La planta de Figueruelas (Zaragoza) sigue manteniendo sus planes de inversión para los próximos años. El presidente de la firma germana, Carl-Peter Forster, afirmó en la presentación de los resultados anuales que la compañía apuesta por un crecimiento sostenido y que 'no ahorrará en oferta de productos', y que la inversión permitirá lanzar al mercado un modelo cada seis meses en los próximos cinco años.
Sobre los resultados negativos del pasado año, Forster aseguró que las causas no hay que buscarlas sólo en la propia empresa, sino también en 'la difícil situación económica del pasado año y en la caída de ventas de automóviles'. El máximo responsable de Opel reconoció también la enorme influencia de otros factores como el exceso de capacidad de producción, los elevados costes estructurales y de administración.
Por otra parte, General Motors informó ayer de que sus beneficios durante el último trimestre descendieron un 58% por los incentivos que ofreció para fomentar sus ventas. Los beneficios, excluyendo gastos extraordinarios de la firma, bajaron a 255 millones de dólares, frente a los 609 millones del mismo periodo del año anterior, o, lo que es lo mismo, de 60 centavos por acción. Los analistas habían pronosticado un beneficio de 59 centavos por acción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de enero de 2002