En Nigeria van otra vez a apedrear hasta morir, lentamente, a una mujer por quedar embarazada fuera del matrimonio.
Qué horror. Qué barbarie. Y me horroriza mucho más que nada la indiferencia práctica de la llamada 'civilización' occidental ante la pervivencia de esas atrocidades en torno nuestro. Nuestra falta de 'voluntad política', como se dice ahora, por poner coto a esas cosas: somos nosotros los bárbaros.
Algo, algo hay que hacer. Otras veces se ha hablado de 'injerencia humanitaria': tal vez sea preciso que veamos los crímenes de lesa humanidad como 'intereses estratégicos' para que actuemos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de enero de 2002