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Alemania roza la recesión al crecer sólo un 0,6% el año pasado

Bruselas advertirá a Berlín por el alto déficit

Ya es oficial: Alemania apenas creció el año pasado un 0,6%, el menor aumento de la actividad desde 1993 y el segundo más bajo de toda la Unión Europea, por delante de Finlandia, según informó ayer la Oficina Federal de Estadísticas. La fuerte desaceleración económica -en términos técnicos, el país roza la recesión- se refleja también en el aumento del déficit público, del 1,3% del producto interior bruto, en 2000, al 2,6%, en 2001. Dado que la fuerte presión sobre la caja pública continuará este año y se acerca ya peligrosamente al 3% previsto como límite en el Pacto de Estabilidad, la Comisión Europea podría optar por un toque de atención a Berlín el próximo 30 de enero.

Desde una previsión inicial del 2,8%, las estimaciones sobre la actividad económica alemana fueron rebajándose a lo largo del año pasado, y, a la postre, desembocaron en el pobre 0,6% dado a conocer ayer, que contrasta vivamente con el 3% alcanzado en 2000. La coyuntura no pinta mejor en el actual ejercicio, para el cual expertos de los institutos de investigación esperan una tasa de crecimiento también en torno al 0,6% (1,25%, según la previsión oficial del Gobierno).

Al menos hasta diciembre pasado, Alemania se encontraba en recesión: aunque los datos publicados ayer por la Oficina Federal de Estadísticas no permiten deducir cuál fue el crecimiento en el cuarto trimestre del año pasado, la gran mayoría de analistas calcula una leve contracción, quizás algo mayor que la del 0,1% registrado en el tercer trimestre, y la del 0,03%, del segundo.

La explicación oficial de este pobre desempeño es que Alema-nia, por sus exportaciones y la importancia de sus multinacionales, es más vulnerable al deterioro de la coyuntura internacional (lo que se refleja en un débil crecimiento del 5,3% en las exportaciones, y una fuerte caída del 3,4% en las inversiones en bienes de equipo). Además, la inflación a inicios de 2001 acabó por quitar fuelle a la ambiciosa reforma fiscal puesta en marcha por el Gobierno. El consumo privado siguió muy débil, creciendo apenas un 1,4% el año pasado, una tasa idéntica a la de 2000.

A estos factores coyunturales se suman razones de fondo, como la violenta crisis de la construcción que ya dura siete años. "Sin ella, tendríamos tasas de crecimiento comparables a las de Francia", subraya Andreas Cors, analista del instituto DIW en Berlín. Wolfgang Nierhaus, del instituto Ifo en Múnich, destaca los "extremadamente altos costes salariales" y la rigidez del mercado laboral. Ayer se conoció que dos grandes sindicatos, IG Bau e IG Metall, pedirán incrementos de sueldo del 4,5% y del 6,5%, respectivamente, en las próximas negociaciones de convenio.

Coste del paro

Junto a la caída de los ingresos fiscales por la desaceleración económica, es sobre todo el coste de los subsidios al desempleo lo que está presionando fuertemente al fisco. Tras el 2,6% de déficit público alcanzado en 2001 (1,3%, en el 2003), la situación difícilmente mejorará este año (2,5% previsto por el Gobierno y 2,7%, por Bruselas). Tanto los expertos, como la Comisión Europea y, desde luego, el Gobierno alemán, confían en que el ministro de Finanzas, Hans Eichel, logrará evitar que este déficit se dispare más allá del límite del 3%, lo que podría desatar una amonestación de Bruselas e incluso una multa equivalente al 0,2% del PIB alemán.

Aun así, para la Comisión Europea es evidente que Berlín no ha aprovechado las épocas de las vacas gordas para sanear sus cuentas, tal y como se le ha recomendado una y otra vez, y que corre serios riesgos de violar el Pacto de Estabilidad en el caso de que no haya recuperación económica a mediados de año. Por ello, Bruselas se está planteando la posibilidad de un toque formal de atención cuando evalúe el programa de estabilidad alemán, el próximo 30 de enero. En pleno año electoral, semejante "advertencia temprana", tendría un alto coste político para el Gobierno rojiverde. La última palabra la tendrán los ministros de Economía y Finanzas de la UE, que analizarán las conclusiones de la Comisión el próximo 12 de febrero. También analizarán la evolución del euro que ayer llegó a caer hasta los 0,79 dólares.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de enero de 2002