El Gobierno vasco ha resuelto definitivamente prohibir construir en la zona de Abanto bajo la que discurren las galerías de minas abandonadas, después del hundimiento que tuvo lugar en 1999 y que supuso la apertura de un socavón de 60 metros que llegó a tragarse una casa. Tras más de un año de estudios, se desestima el uso urbanístico en la zona de la mina Bodovalle 'para intentar evitar daños en el caso de que se produjera un nuevo hundimiento, a pesar de que se trata de una hipótesis de escasa probabilidad', informó ayer el Departamento de Industria.
En su decisión no ha tomado en cuenta los informes de la empresa concesionaria, que concluía que existen macizos rocosos de buena calidad en el subsuelo. 'Los resultados se han de tomar con las debidas reservas, máxima cuando no existe unanimidad de criterio sobre los factores que deben concurrir para que un hipotético hundimiento pueda llegar a aflorar a la superficie', aduce. Industria establece un área en la que sólo se permite el acceso y el paso de personas, y otra de más amplitud en la que 'no se habrán de permitir usos más intensivos que los actualmente existentes'. 'Esto supone que no se puede autorizar ninguna nueva construcción o infraestructura en esta zona', concluye.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de enero de 2002