Estudio de N. Kralin. Szachy, 1973.
Hay veces en que el ajedrez se parece bastante al boxeo, como bien señalara en una ocasión el gran maestro Zenón Franco; pero hay otras -y son más- en que resplandece su dimensión artística y admite comparaciones con la música, la pintura o el ballet. Las blancas tienen un alfil de ventaja, pero la victoria parece imposible debido a la amenaza 1... Tg1 j. seguido de la coronación del peón b. Sin embargo, la forja de una situación de mutuo zug-zwang transforma toda la solución en un delicado paso de ballet. La primera jugada es 1 Tg7 j., Th8. Si, por ejemplo, 2 h7, Tg1 j. / 3 Rh6, b1=D -y no 3... T - g7 / 4 A - b2 ganando- / 4 T - g1 -esperando 4... D - g1 / 5 Ab2 j. y mate- 4... D - h7 j. ganando, o bien 2 Ac5, Tg1 j.! -pero no 2... Tc1 / 3 Tg8 j.!, R - g8 / 4 h7 j., Rh8 / 5 Ad4 mate, ni 2... Td1 / 3 Tb2, b1=D j. / 4 T - b1, T - b1 / 5 Ad4 j. y ganan- / 3 A - g1, b1=D j. y la dama empata. Tampoco alcanza 2 Rh5, Th1! -pero no 2... a6 / 3 Tb7, etcétera- / 3 A - b2, T - h2 j. y 4... T - b2. Y cuando parece que hay que rendirse y admitir el empate, aparece la insólita idea ganadora: 2 Tg8 j.!! Este notable sacrificio de torre genera una secuencia de danza: 2... R - g8 / 3 h7 j., Rh8 / 4 Rh6! y se ha creado la situación de mutuo zug-zwang; de hecho, si en esta posición les tocase jugar a las blancas, perderían. Pero resulta que juegan las negras: 4... a6 / 5 h3! (el paso de danza exacto en el compás exacto) 5... a5 / 6 h4, a4 / 7 h5 y el último y obligatorio paso debe darse al borde del abismo: 7... Tg1 / 8 A - b2 j., Tg7 / 9 A - g7 mate. Tampoco 4... a5 salvaba a las negras, porque el primer jugador puede mantener el ritmo: 5 h4!, a4 / 6 h5, etcétera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de enero de 2002