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El paradigma Alzira

La teoría que inspira la cesión de la prestación de servicios asistenciales a empresas privadas parte de un axioma que sintetiza un alto cargo de la Generalitat: 'El funcionamiento administrativo es antinatura. La laxitud en el control de los costes es insostenible'.

El Consell que preside Eduardo Zaplana presenta el hospital de Alzira, construido con capital público y cedido para su explotación a una empresa privada, como un modelo a seguir. 'Fue construido ex novo, con una tamaño idóneo y el coste de los procedimientos clínicos, desde entablillar una muñeca hasta instalar un by pass, que está perfectamente tasado en los centros públicos, resulta mucho más barato', explica el mismo portavoz, 'entre un 10 y un 20 en gestión de personal y en control de gastos'.

Respecto a la duplicidad de personal que genera la cesión de ciertos centros asistenciales, los responsables de la Generalitat dejan entrever que nunca sobran manos para atender las demandas de los ciudadanos y aseguran que todo el personal se recoloca o asume nuevas tareas: 'En la Administración pública es el órgano el que genera la función'.

La externalización de servicios, desde el punto de vista oficial, es inevitable: 'La iniciaron los socialistas y tiende a extenderse por pura racionalidad en la gestión'.

El impulso del modelo de cesión de servicios esconde toda una concepción de la Administración. 'El personal funcionario es por naturaleza generalista, aquí nunca sabes con lo que te vas a encontrar', sigue la misma fuente, 'por eso es lógico que se contraten servicios de asesoría especializados o la gestión de ciertas prestaciones que requieren personal con una cualificación específica'.

Una perspectiva que choca frontalmente con el punto de vista sindical, que apuesta por la promoción personal y profesional en el seno de la Adminsitración pública.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de enero de 2002