¡Brindemos con agua de regaliz! Cincuenta años después, ya en el epílogo de nuestras vidas, vuelve el jefe de los proscritos como un viento fresco y rejuvenecedor.
Ya creíamos que era eterno el 'sueño de la mujer gorda salvaje hablando idioma indígena', que 'la loba dejó de amamantar a Romo [Rómulo] por matar a Remo', que Ethel se presentaba a un casting y que Roberto dejaba la revolución bolchevique para estudiar informática.
Pero como escribía Jon Juaristi hace tres o cuatro años: en la vida siempre acaba triunfando el fofo Hurberto Lane... ahora ejecutivo en una multinacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de enero de 2002