Un obrero ajustador de 48 años de edad, Elías Gil Bocos, ganó ayer el Reinosa, algo así como el campeonato de 'ragú' del norte de España, compitiendo con 70 concursantes entre hombres y mujeres, de ellos algunos ingenieros, médicos y, sobre todo, trabajadores jubilados y en activo. Ninguno como Gil demostró en la atestada plaza de España, rodeada de nobles casonas, tan hábil manejo de la llamada 'olla ferroviaria', un recipiente que hace casi un siglo idearon y utilizaron por primera vez maquinistas y fogoneros del tren de La Robla, que cubría el recorrido Bilbao-León en 12 horas. Conectado al serpetín de la locomotora, los ferroviarios aprovechaban el viaje del más lento convoy de España para confeccionar al vapor su soberbio guiso de patatas, carne de ternera y pimientos. Miles de ollas ferroviarias se usan hoy en casi toda España echando mano de ingredientes varios y no poca paciencia. Artesanos de Cantabria, Vizcaya y León han puesto de moda la olla compuesta de dos partes: un recipiente para el carbón vegetal y un puchero esmaltado o de barro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de enero de 2002