Mala tarde para Txetxu Rojo, que llegó al Sánchez Pizjuán haciendo equilibrios sobre la cuerda, y se dio el batacazo. Y tal golpe no lo propició que su equipo no diera la talla, que la dio, sino que la función de ayer tarde se la repartieron dos hombres, primero el joven Reyes y, después, el uruguayo Olivera. La inoportuna lesión de Reyes a falta de 10 minutos del descanso dio la oportunidad al jugador uruguayo -relegado por el canterano y Moisés a la suplencia- de demostrar que si fue útil en Segunda, también lo puede ser en Primera, aunque no esté a la altura de la nueva perla del Sevilla. Y lo hizo con dos goles en apenas tres minutos.
Dos mazazos que, iniciada la segunda parte, dejaron al Zaragoza aturdido, que no muerto. Si en la primera parte fue Reyes quien de cabeza dio la réplica al contundente golazo de Acuña en cuestión de cinco minutos, los dos goles de Olivera encontraron la respuesta de Galletti, quien se aprovechó de la laxitud que aún vivía la zaga sevillista para batir de forma pueril a Notario. Pero la tarde, aunque lo intentase controlando el centro del campo y poco más, no estaba para el Zaragoza.
SEVILLA 4| ZARAGOZA 2
Sevilla: Notario; Njegus, Javi Navarro, Pablo Alfaro, Juanmi; Gallardo, Casquero, Víctor, Luis Gil (Tomás, m. 66); Reyes (Olivera, m. 36), Moisés (Toedtli, m. 90). Zaragoza: Láinez; Rebosio (Komljenovic, m. 64), Aguado, Paco, Pablo; Acuña, Chainho (Yordi, m. 64), Aragón; Galletti, Martín Vellisca; y Juanele. Goles: 0-1. M. 13. Acuña, de potente disparo que pilla a Notario adelantado. 1-1. M.19. Gallardo bota un córner que Reyes peina de cabeza delante de Láinez. 2-1. M. 50. Olivera controla un balón largo de Juanmi y la cruza con la derecha. 3-1. M. 52. Olivera se aprovecha de un rechace en el interior del área y ajusta el balón pegado al palo. 3-2. M. 64. Galletti, de cabeza. 4-2. M. 95. Víctor, en jugada personal. Árbitro: Undiano. Amonestó a Njegus, Olivera, Casquero, Aguado, Aragón, Vellisca, Yordi y al técnico del Sevilla, Caparrós. 30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
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Y es que, el Sevilla se jugaba mucho. Entre otras cosas, su imagen ante su afición, a la que no brindaba un triunfo en casa desde que venciera al Valladolid allá por finales del mes de noviembre y a la que los últimos resultados logrados ante el Celta y el Barcelona habían dejado algo indispuesta. Por eso que los jugadores de Joaquín Caparrós, con un 3-2 en el marcador y con el Zaragoza echándoles el aliento en el cogote, no cejaron en su acoso a la puerta de Láinez. Los muy entonados Víctor y Gallardo arremetieron una y otra vez para que Moisés u Olivera cercenasen del todo el empuje que aún mostraban los zaragocistas Yordi y Acuña.
Y, tras muchos intentos vanos, lo consiguieron. Víctor culminó su brillante actuación anotando el cuarto tanto del Sevilla, que se coloca a tiro de la zona alta de la clasificación, y le complica aún más las cosas a Txetxu Rojo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de enero de 2002