No, no me refiero con este título a la ingeniosísima metáfora con que los argentinos, siempre vivos a la hora de usar el idioma, se han resignado a nombrar el inalcanzable lugar donde levita su dinero (el que sus dirigentes todavía no han logrado arrasar). Es otra cosa, menos grave, creo.
He oído que una Universidad andaluza, afortunadamente no la mía, ha pedido, dotado, o sacado a oposición, una plaza de Literatura Andaluza. Bien. Imagino a Juan Ramón revolviéndose en su tumba, a Antonio Machado con cara de hastío. ¿Cernuda se dejaría etiquetar como poeta andaluz, pese a ser andaluz su palabra preferida y a haber escrito la más hermosa evocación de la ciudad que no quiere nombrar? ¿Incluimos en la literatura andaluza las jarchas del Ciego de Tudela (Navarra)? ¿Descomponemos la generación del 50 en literatura andaluza (Caballero Bonald, por ejemplo), madrileña (García Hortelano), catalana? (Gil de Biedma, al no escribir en catalán, ¿a qué literatura pertenece?)... ¿Son escritores andaluces los que nacen aquí, los que viven aquí, los que publican aquí? ¿Qué pasa con los que nacen aquí pero viven, escriben o publican fuera? ¿O con los que son de fuera, pero vienen aquí...? Claro que con elucubraciones como éstas siempre puede llenarse un programa. ¿Que los alumnos siguen luego sin leer? Bueno, ahora tendrán la ventaja de no leer, pero en andaluz.
Otra joya. En un rimbombante La cultura andaluza en el umbral del siglo XXI (¿qué haríamos sin el sistema métrico decimal en el calendario?) publicado por el Ayuntamiento sevillano, para defender y promover las señas de identidad que componen nuestra Cultura (sic), labor, cómo no, de la escuela, se propone que la autoridad competente, es decir, la Consejería, vuelva a supervisar previamente los contenidos de libros de texto, etc. Nada hay que objetar si lo que se pretende es que a nuestros estudiantes se les dé a conocer adecuadamente la realidad en la que viven, realidad que es en primer lugar andaluza, pero que ni mucho menos es sólo andaluza. Pero si lo que verdaderamente se quiere es la promoción y defensa de las señas de identidad andaluzas ahí entramos en la ideología; y la ideología es lo que no se debe imponer en la escuela (recuerden nuestros aspirantes a maestro Ciruelo las hordas de ateos y agnósticos brotados de las muy religiosas escuelas del 40 al 75).
Y la última: el PA quiere hacer un Diccionario andaluz. Claro que si hace el diccionario igual que hace todo lo demás...
En fin, cuando el mundo se abre, se interrelaciona, se mezcla, cuando ya no tenemos moneda propia, y pronto tampoco Ejército propio (las verdaderas señas de identidad de un Estado), resulta que algunos quieren seguir encerrados en su corralito. Que les aproveche. Pero que no quieran encerrarnos a los demás.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de enero de 2002