El minifundismo es el principal problema para la competitividad del campo valenciano y para corregirlo haría falta una voluntad política decidida de la que el Consell carece, según aseguró ayer Antoni Lozano, portavoz de Agricultura del partido socialista en las Cortes. Lozano recordó que la excesiva parcelación agraria en la Comunidad es un problema estructural que sufre el campo valenciano.
El diputado socialista considera imprescindible la definición de un modelo de agricultura profesionalizado y de tres modelos de explotaciones: de regadío, de interior y ecológica. Una apuesta, critica, que no está realizando el Consell como evidencia el presupuesto para luchar contra el minifundismo. La partida destinada este año para este objetivo es de 9 millones de euros (1.500 millones de pesetas). Lozano recordó que hacen falta algo más de 1.500 millones de euros (250.000 millones de pesetas) la cantidad que se debería destinar en diez años a políticas activas para reducir la atomización parcelaria. 'La Ley del minifundismo no conseguirá nada porque no hay voluntad de que funcione', sentenció.
El responsable del grupo socialista también reivindicó la necesidad de concertación a través de la convocatoria de elecciones en el campo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de enero de 2002