Ruslan Ponomáriov será hoy campeón del mundo si hace lo mismo que ayer: neutralizar el ataque de Vasili Ivanchuk, optar por las variantes más conservadoras y forzar el empate. El ucranio de 18 años domina al de 32 en Moscú por 4-2 a falta de dos partidas. Pero si Ivanchuk no rompe su bloqueo nervioso, sólo se jugará una.
Curiosamente, ambos han acertado con la estrategia elegida para el duelo. Ivanchuk intenta alejarse de las posiciones convencionales porque cree, y probablemente acierta, que ahí está uno de los puntos débiles de su joven rival. Ponomáriov, que puede ser brillante y agresivo cuando las circunstancias lo requieren, juega desde el fondo de la pista, exhibiendo sus asombrosos recursos defensivos, en porfía de un error de su compatriota para aprovecharlo con gran precisión.
Pero el marcador no refleja el éxito de ambos. De hecho, es Ivanchuk quien ha aportado más creatividad, iniciativa y riesgo. Se sabe desde hace mucho que los nervios de acero están entre las cualidades casi imprescindibles para ser campeón del mundo de ajedrez, y los de Ivanchuk son de papel. Es precisamente en ese terreno donde Ponomáriov está imponiendo su gran superioridad: parece que nunca pierde el control, ni siquiera en posiciones casi desesperadas, en las que acostumbra a encontrar la defensa más sutil y precisa, y menos aún en los apuros de tiempo, que hacen naufragar a Ivanchuk. Su regalo de la posición ganadora que logró el lunes es el mejor ejemplo, pero no el único.
Ayer no hubo necesidad de llegar a la pelea contra el reloj, aunque la posición resultante tras el movimiento 22 incitaba a pensar lo contrario: Ivanchuk jugó bien con las piezas negras y logró una posición favorable. Parecía que sus escasas posibilidades de remontar el marcador le daban la tranquilidad necesaria para desplegar su inmenso talento. Pero, sólo dos jugadas después, justo cuando disponía de una oportunidad para complicar la lucha y pescar en río revuelto, cometió una imprecisión difícil de entender, dado que implicaba un inmediato cambio de las damas. Ponomáriov vio la presa y la cazó en un santiamén.
Ivanchuk ya había dado muestras de su inestabilidad antes de la partida. Nada más llegar al escenario, con aire muy sonriente, pidió a los árbitros que le liberen de tener que pasar todos los días el control de metales. "Yo no soy Osama bin Laden y no llevo explosivos. Es absurdo que registren a los jugadores", había dicho la semana pasada. Después, abrumado por los fotógrafos -quienes sólo pueden trabajar durante los cinco primeros minutos- y por los murmullos del público, se escondió entre bastidores durante más de cinco minutos, mientras parte del público gritaba "¡Paparazzis fuera!", y no volvió hasta que se marcharon todos los reporteros gráficos.
Esta final ha dado mucho vigor al decaído ambiente ajedrecístico de Moscú, que otrora fue magnífico. La compañía Aeroflot ha decidido aprovechar el tirón, patrocinando un importante torneo abierto del 4 al 11 de febrero, en el que ya se ha registrado 50 grandes maestros y más de 200 jugadores. Entre los inscritos hay varios de primera fila mundial: Grischuk, Smirin, Van Wely, Akopián, Vaganián, Rublevski, Onischuk, Bologan y otros. Los organizadores proporcionan visados gratis y buenas condiciones de viaje y alojamiento.
LA PARTIDA DEL DÍA
Blancas: Ponomáriov.
Negras: Ivanchuk.
1 e4 e5 2 Cf3 Cf6 3 Cxe5 d6 4 Cf3 Cxe4 5 d4 d5 6 Ad3 Cc6 7 0-0 Ae7 8 c4 Cb4 9 Ae2 0-0 10 Cc3 Ae6 11 Ce5 f6 12 Cf3 Rh8 13 h3 (Una novedad rara, porque su idea no es transparente. Se había jugado Te1, Db3 y a3) 13 ..f5 14 a3 Cc6 15 Cxd5 Axd5 16 cxd5 Dxd5 17 Da4 Af6 18 Td1 Tad8 19 Ae3 f4 20 Axf4 Cxd4 21 Cxd4 Axd4 22 Ae3 c5 (Entregar la dama no da suficiente compensación y, además, Ponomáriov podría forzar el empate con 22 ..Axe3 23 Txd5 Axf2+ 24 Rh2 Ag3+ 25 Rg1, etcétera) 23 Axd4 (La otra variante implica mucho peligro para las blancas. Por ejemplo: 23 Af3 Txf3 24 gxf3 Cg5 25 Axg5 Dxg5+ 26 Rh2 -o bien 26 Rh1 Dh4 27 Txd4 Dxh3+ 28 Rg1 cxd4, con gran ventaja negra- 26 ..Df4+ 27 Rg2 Tf8 28 Db3 b5 29 Dd5 Axb2 30 Tab1 Ae5 31 Th1 a6, con una posición incómoda para las blancas) 23 ..cxd4 24 f3 d3 (Dada la situación del marcador, era mucho más interesante 24 ..Cc5 25 Dc4 -hubiera sido un gran error 25 Dxa7 porque tras 25 ..Cb3 26 Tab1 Dc6, la dama quedaría encerrada- 25 ..Dg5 26 Rh1 Tfe8 27 Af1 Ce6, con buenas perspectivas de ataque para las negras) 25 Dxe4 (Mucho peor era 25 fxe4 Dc5+ 26 Rh1 dxe2 27 Te1 De3, con ventaja casi decisiva; la tercera posibilidad era 25 Dxa7 Cc5 26 Af1 d2, y las negras tienen compensación) 25 ..Dxe4 26 fxe4 dxe2 27 Td5, tablas. Mejor que 27 Txd8 Txd8 28 Te1 Td2 29 b4 Ta2 30 Rf2 Txa3, y todavía hay juego. En la partida, una continuación lógica sería 27 ..Txd5 28 exd5 Tf5 29 Te1 Te5 30 Rf2 Rg8 31 Txe2 Txd5, y sólo quedaría firmar el empate.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de enero de 2002