Quiero expresar mi queja ante la proliferación indiscriminada de parques eólicos en el norte de Burgos, y ante los futuros planes de las consejerías de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y del Gobierno vasco. La probable instalación de parques en los montes de Orunte y La Peña no hacen más que acabar con unos de los pocos recursos naturales que posee el Valle de Mena y Carranza, su paisaje. Las Merindades de Burgos y las Encartaciones vizcaínas siempre han sido tratados como zonas de 'segunda' por sus respectivas administraciones, espero que ahora que están a tiempo recapaciten su decisión y salven el espectacular paisaje que por fortuna nos rodea. Aún no he visto molinos cerca de la costa vasca, donde hace mucho más viento; cada cual que haga su interpretación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de enero de 2002