La circulación es un problema que venimos sufriendo desde que empezamos hace varias décadas, con los atascos en el centro; sobre todo en las fechas próximas a la Navidad, por aquello de los reparos y los regalos.
Después se fueron modificando y ensanchando las principales vías, se crearon las vías preferentes o de circulación rápida, se eliminaron los famosos bulevares.
Además, se hicieron muchos puentes y más tarde se construyó la M-30, la M-40, la M-45, la M-50, todavía sin terminar.
Por otro lado, desaparecieron los carros de los traperos, que llenaban la Castellana en colas interminables, pero después entraron los automóviles, que se matricularon a cientos de miles anualmente, y contribuyen a que los atascos cada vez sean mayores; pero yo creo que lo único que podemos hacer es usar más el transporte público, pues da pena ver los autobuses y el metro vacíos y la calle llena de turismos con un solo ocupante. Además, otra cosa que tendría que hacer el Ayuntamiento es poner más nombres de calle en las esquinas y números en las casas, bien visibles para que la gente no tenga que parar el coche para ver el nombre de la calle y el número; porque se suelen parar en medio de la calle y se para la circulación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de enero de 2002