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OPINIÓN DEL LECTOR

A Adolfo Marsillach, porque los buenos nunca mueren

Dicen por ahí que te has muerto, pero no es verdad, ¿cómo puede morir el arte, cómo puede morir la gracia y la personalidad? No, yo sé que tú no morirás nunca. Como nunca lo hicieron aquellos a quienes quisimos. Sé que vivirás en la ilusión de cada actor, en la esperanza de 'cambiar el mundo' con el arte (a través de él). Y eso ¡cómo va a morir?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de enero de 2002