Las autoridades belgas han descubierto una nueva contaminación de pollos con dioxina, una partida de los cuales fueron comercializados dentro del país. La Agencia Federal de la Seguridad Alimentaria confirmó ayer que una partida salió al mercado. Añadió que el riesgo para la salud humana sería 'mínimo', y negó que se vaya a abrir una crisis alimentaria como la de 1999.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de enero de 2002