Una institución de casi 100 años en Málaga, con solera y popularidad entre los malagueños, flaquea su supervivencia al no ser apoyada ni por los organismos oficiales y locales de nuestra provincia, ni por el propio patronato que lo fundó.
La buena voluntad de sus trabajadores y trabajadoras en no dejar de asistir a sus ancianos, 47 en la actualidad, les ha llevado a seguir cuidándolos a pesar de llevar más de un año (15 meses) padeciendo atrasos reiterados de sus salarios.
¡Basta ya!, es la repetición desesperada de los 20 trabajadores y trabajadoras que están soportando la grave situación económica que arrastra este asilo desde hace más de 10 años.
Esta crisis quien verdaderamente la está soportando, hasta ser insostenible en estos momentos, son sus trabajadores y trabajadoras que, a pesar de no cobrar, siguen dando a los ancianos su trabajo, su cariño y también su sueldo, ya que llevan un atraso de 15 pagas.
Es hora de que el pueblo de Málaga se plantee si quiere que esta institución, tan necesaria y que presta una labor social encomiable, siga en nuestra ciudad sirviendo a todos los mayores más necesitados o que desaparezca cuando más carencia hay de instituciones como ésta en la ciudad de Málaga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de enero de 2002