Las exportaciones españolas de limones han registrado en el inicio de esta campaña una caída media del 36% según los datos manejados por la organización interprofesional del sector Ailimpo. Este hundimiento de ventas se ha debido a la fuerte competencia de Turquìa y Argentina tanto en los mercados comunitarios como en terceros países al entrar sus productos con precios más baratos. Los productores temen que se agrave la situación en los próximos meses.
La producción anual española de limones se sitúa en unas 930.000 toneladas de las que aproximadamente el 60% se destinan a la exportación. La pasada campaña, las ventas en el exterior crecieron un 16%. Sin embargo, esta año, las perspectivas se presentan muy negativas y se teme una situación excedentaria que hunda las cotizaciones en los mercados.
Los precios en origen ya han caído a entre 0,12 y 0,18 euros por kilo (entre 20 y 30 pesetas), mientras hace un año se pagaban entre 0,30 y 0,36 euros por kilo (entre 50 y 60 pesetas).
En medios del sector, Turquía y Argentina se consideran como los responsables de esta crisis. Turquía es un importante productor de limones y, al igual que en los frutyos secos, tiene unos bajos costes que le permiten una posición de gran competitividad en todos los mercados. El precio del limón turco en el mercado comunitario es casi la mitad de lo que supone producir y comercializar un limón español. Los productores turcos tienen a su favor el disponer de acceso libre sin aranceles al mercado comunitario, junto a la devaluación de su moneda, la lira. Por el contrario, para vender un limón en ese país,España debe abonar una tasa del 56%.
En el caso de Argentina, sus limones tienen solamente una tasa del 6,4% para entrar en el mercado comunitario, mientras para acceder a ese mercado los españoles deben abonar una tasa del 25%. Los exportadores españoles temen el efecto que tenga sobre el mercado internacional del limón la devaluación del peso argentino, lo que se puede traducir en una invasión del comercio al ofertar unos precios mucho más bajos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de enero de 2002